Una empresa francesa dedicada a la venta de obras de arte ha decido utilizar RFID para identificar sus obras de arte. A parte de poder ver los detalles de la obra, hacer inventariados rápidos y saber la trazabilidad de las obras por todas sus tiendas y almacenes, quieren protegerse de los robos.
Para ello, han utilizado tags activos y un protocolo de comunicación propio para controlar que sus obras están donde tienen que estar. Como era de esperar de la gente que trabaja en el arte, las antenas son de diseño y con colores, aunque esta vez las antenas no intentan llamar la antención del espectador, sino más bien pasar desapercibidas para la gente.
Uno de los problemas planteados por la empresa es la necesidad de que la etiqueta esté siempre pegada a la obra. Han solucionado este problema pegando el tag a la obra mendiante unas piezas magnéticas que, si se separan, envían una especie de alarma avisando del posible robo.
Fuente: http://www.rfidjournal.com/article/articleview/4174/1/1/
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