lunes, 16 de junio de 2008

El lado oscuro del RFID.

Las etiquetas RFID pueden trabar en varios rangos de frecuencias según el aplicación que se les vaya a dar y según el entorno al que vayan a estar sometidos. Pero tienen sus limitaciones y sus detractores.

Las limitaciones más importantes las podemos resumir con: líquidos y metal.

Los líquidos absorben las ondas UHF (13,56 Hz) que emiten las antenas y obliga a utilizar tags HF (entre 125 ó 134,2 Hz). En esta frecuencia, el alcance de las antenas es menor, lo cual obliga a que los tags pasen más cerca de las antenas y limita la flexibilidad del sistema.
Hay algunas etiquetas etiquetas preparadas para estar cerca de líquidos, pero normalmente no se opta por este tipo de solución ya que la etiqueta suele ser más cara que los tags UHF normales. La solución que se suele adoptar es adquirir unas normas de etiquetado que permiten una lectura eficiente y una posición lo más alejada de los líquidos posible.

El malo maloso de la película. El líquido absorbe las ondas UHF, pero los metales hace que se refleje la señal y esto tiene su parte buena y mala. Por un lado, se puede utilizar como un espejo para que la señal rebote y, aunque atenuada, la señal que 'se perdería' vuelve hacia donde están los tags. Por otro, al rebotar las ondas en los metales, se crean patrones de interferencia entre las ondas que puede incluso hasta llegar anular la señal y hacer que el comportamiento de las ondas sea casi impredecible.

Por último, la suegra del RFID. Operarios y usuarios identificados con tags. Para un lugar donde la trazabilidad de las personas es por el propio bien de las personas, la tecnología se acepta. Pero, ¿y en lugares como el Metro? ¿y en casos en los que se obliga al operario de una fábrica a llevar un tag? Leo en http://www.canariaswireless.net/modules.php?name=News&file=article&sid=811 que en Madrid van a substituir el billete de papel por una etiqueta RFID. El artículo cuestiona la libertad que da al individuo el hecho de tener identificado su ubicación en todo momento. He leído también que han habido lugares donde se ha instalado RFID y el usuario no lo sabía... ¿Trazabilidad de los usuarios o libertad de los usuarios?